[vc_row][vc_column][vc_column_text]Cuando sales detrabajar ¿eres capaz de desconectar del trabajo o por el contrario sigues dando vueltas a las cosas? A muchos nos pasa que seguimos pensando en esto que no te ha dado tiempo de hacer; en aquello que debías haber hecho pero que se ha quedado pendiente con el ajetreo del día; en lo otro que tenías que hacer pero que, para cuándo tenías tiempo, ya no te quedaban energía o ganas.
A continuación te voy a dar unos trucos muy sencillos. Pueden parecer obvios pero que creo que no todos o no siempre los aplicamos:
1. Revisa tu(s) lista(s) de tareas
Este consejo puede parecer evidente. Pero cuanta gente no dedicamos cinco a diez minutos al final del día laboral para hacerlo. Estoy hablando de revisar tu lista de tareas y dejar preparada la lista del día siguiente. Te ayudará a despejar tu mente de los asuntos que se hayan quedado pendientes y desconectar mejor.
Por otro lado te servirá para comenzar el día siguiente de forma más productiva ya que tienes claro lo que tienes que hacer.
Apunta todo lo que tengas en la cabeza
Apúntate no sólo lo que tienes que hacer al día siguiente, sino todo lo que te ronda por la cabeza: esa llamada que tendrás que devolver en algún momento, esa presentación sobre cuyo contenido debes reflexionar, esa tarea que se te ha pasado – y como no te la apuntes se te volverá a pasar…
Si has conseguido despojar tu mente de todos esos asuntos pendientes, puede que a la mañana siguiente te atrapes pensando “qué bien he desconectado que sin consultar mi lista, no sé ni lo que tengo que hacer primero.” Esto significa que tu mente se ha fiado de las notas que has tomado.
Tu mente no tiene sentido de la oportunidad
Según David Allen, creador y autor de Getting Things Done®, nuestra mente no tiene sensación del tiempo. Por tanto, si no te has apuntado una cosa, que te ronda por la cabeza, en un sitio donde la podrás localizar, tu mente no se cansará de recordarte que la tienes que hacer. Además, la mente no tiene el don de la oportunidad. Por eso es muy probable que te vaya recordando la tarea en cuestión en momentos en los que no puedes hacer nada al respecto.
Un ejemplo que pone David Allen es la linterna que se te ha quedado sin pilas. ¿Cuándo te recordará tu mente que hay que reponer las pilas? ¿Cuando estés en el supermercado o pases por delante de una tienda que venda pilas? Ya te gustaría. Pero lo más probable es que recuerdes que debías cambiar las pilas justo cuando necesites la linterna y estés intentando encenderla. Por eso, David Allen dice que anotando las tareas en un sitio en el que confíe tu mente, te permitirá despejarla y a reducir el estrés.
2. Trabaja con previsión y proactividad
Al final de la semana te recomiendo que revises los temas pendientes así como tu agenda de las próximas semanas. Luego anota las tareas que deriven de reuniones que tengas que preparar. También reserva huecos en la agenda para dicho trabajo de preparación así como para otros proyectos o tareas que requieran de un bloque de tiempo reservado en la agenda.
Te permitirá desconectar bien el fin de semana teniendo la mente tranquila y despejada.
3. Captura tus ideas y ocurrencias en el momento
Aunque hayas seguido los consejos anteriores, puede que se te haya pasado alguna cosa. Porque nada como salir de la oficina y andar unos pasos, para que recuerdes alguna cosa. No pasa nada. Ten a mano un cuaderno, bloc de notas o el móvil para apuntarlo. Si es un tema de trabajo y en caso de llevar listas separadas para asuntos laborales y privados, recomiendo poner un recordatorio a primera hora del día siguiente para pasarlo a la lista de tareas correspondiente o a la agenda.
4. Deja que te dé el aire
Date un paseo
Después del trabajo, te sugiero si puedes, que te des un paseo de al menos 15 minutos. Aunque cuanto más, mejor. Así despejas la cabeza de los asuntos laborales del día, de lo que no te haya dado tiempo a hacer, del estrés… Si tienes un parque cerca, aún mejor porque la conexión con la naturaleza relaja mucho. Respira aire puro, disfruta del color del césped, de las hojas de los árboles, del cantar de los pájaros. Sobre todo los que vivimos en esas selvas de cemento que son las grandes ciudades, estamos rodeados de muchos factores estresantes como pueden ser la acumulación de coches, de personas y la contaminación. A riesgo de sonar hippie, escapar de ese ajetreo para adentrarnos en la naturaleza nos hace volver a conectar con ella y con nosotros mismos.
Andar es el mejor ejercicio posible. Habitúate a andar muy lejos. - Thomas Jefferson Share on X
Haz deporte
Otra opción es que hagas alguna actividad física que te guste: correr, nadar, aerobic, pilates, yoga… incluso tomarte unos minutos para hacer estiramientos a consciencia.
La actividad física también es una buena forma de conectarnos con nuestro cuerpo y con ello con el presente. Nuestras mentes tienden a pensar en el pasado o en el futuro. Pero pocas veces se paran quietas en el presente, lo que se convierte en una posible fuente de estrés negativo. Si has oído hablar de Mindfulness o Atención Plena, te sonará de lo que hablo. Si no, te sugiero que leas sobre el tema.
5. Evita consultar los correos electrónicos de trabajo
Se ha instalado la costumbre de llevar el correo del trabajo configurado en los dispositivos móviles. Lo que a priori puede dar más flexibilidad en el trabajo. Pero ¿cuánta gente tiene instalado el correo del trabajo en el móvil privado. Incluso sin que en el trabajo se lo hayan pedido. El otro día en el ascensor decía un compañero: “Jo… me llegó un aviso de pago de un cliente sobre medianoche y lo reenvié enseguida a Administración.” Mi reacción fue preguntarle qué hacía consultando el correo del trabajo a esas horas de la noche… y enviando correos a otros compañeros. En vez de aprovechar las ventajas y utilidades de las nuevas tecnologías en nuestro beneficio, nos hemos vuelto esclavos de ella. Conviene recordar la frase:
La tecnología es un siervo útil, pero un amo peligroso. - Christian Lous Lange. Share on X
Creo que ha surgido un falso sentido de la responsabilidad. Nos hace trabajar más en vez de mejor; creyendo que debemos estar conectados 24/7. Pocos trabajamos con empresas en diferentes zonas horarias. Así que ¿cuál es la justificación? E incluso trabajando con países con varias horas de diferencia, creo que es oportuno recordar si realmente hay un asunto sobre la mesa que está quemando y que requiera consultar el correo a todas horas. Está demostrado que desconectar del trabajo no sólo reduce el estrés sino te hace más efectivo.
Aplica estos cinco sencillos trucos en tu día a día y deberías notar la diferencia en tu bienestar. Además puedes encontrar más consejos sobre cómo desconectar del trabajo en casa aquí.
El momento para relajarte es cuando no tienes tiempo para ello. Jim Goodwin, jugador de béisbol Share on X
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4 respuestas
Me parece muy interesante la reflexión que haces, si trabajamos todo el día hay que saber poner límites pues si nos damos un respiro con orden y control en nuestras vidas se rendirá mucho más.
Muchas gracias por tu comentario, Dori. Espero que los trucos te resulten útiles.
Desconexión tecnológica, ¡qué gran idea! ¿Cuándo hemos dejado que los móviles y los mails se conviertan en apéndices constantes en nuestra vida? ¿Qué te parece la idea de programarnos un «apagón voluntario» un día (o al menos algunas horas) a la semana? Seguro que ganaríamos en calidad de vida y en tranquilidad.
Gracias por tu comentario. El “apagón voluntario” me parece una gran idea. Una muestra del “enganche” que sufrimos es que en EE.UU. ya existen cursos, seminarios y retiros de desintoxicación digital.