El acoso laboral también es conocido como acoso psicológico en el trabajo (APT), mobbing o acoso moral. Se trata de uno de los desencadenantes más graves de estrés laboral y puede requerir tratamiento psicológico. Veamos en qué consiste, qué consecuencias puede tener y cómo enfrentarse a él.
Qué es el acoso laboral o mobbing
Cuando hablamos de acoso laboral la víctima suele sufrir estrategias de incomunicación, intimidación, desprecio, insulto o incluso amenazas y violencia por parte de superiores o compañeros de trabajo. Lo más habitual en el mundo laboral es el acoso psicológico que pretende no dejar huella corporal y, a ser posible, tampoco documental.
Uno de los principales divulgadores del término mobbing o terror psicológico referido al mundo laboral fue el doctor en psicología pedagógica Heinz Leymann. Según su definición el acoso laboral consiste en una comunicación hostil y sin ética, dirigida de manera sistemática por uno o varios individuos contra otro. Así arrastran a la víctima a una posición de indefensión y desvalimiento, y la mantienen activamente en ella. Estas maniobras tienen lugar de manera frecuente y durante largo tiempo. A causa de la elevada frecuencia y duración de la conducta hostil, este maltrato lleva a la víctima a la miseria mental, psicosomática y social.
Estrategias de acoso
Basado en el Inventario del Terror Psicológico de Leymann (Leymann Inventory of Psychological Terrorization, LIPT), los psicólogos han elaborado cuestionarios para detectar y medir el acoso laboral que puede estar sufriendo una persona. Según estos cuestionarios las estrategias de acoso se pueden agrupar del siguiente modo:
Limitar la comunicación
El acosador impone lo que puede decirse y lo que no. Así que a la víctima se le niega el derecho a expresarse, se le interrumpe, cuestiona o contradice. También puede que el acosador o acosadores corten el acceso a la información.
Limitar el contacto social
Esta estrategia consiste en ignorar la presencia del trabajador; no respondiendo a saludos, no dirigiéndole la palabra, no contestando a preguntas, no mirándole o mirándole con desprecio. El acosador o acosadores además procuran limitar el contacto con otras personas, aislando a la víctima de sus compañeros.
O por el contrario puede que reconozcan su presencia pero a base de regaños, gritos y amenazas verbales o intentando provocar reacciones emocionales desmesuradas por el afectado.
Desprestigiar la víctima del acoso ante sus compañeros
En caso de esta estrategia la víctima sufre bromas y burlas sobre ella misma, su familia, sus orígenes, antecedentes o su entorno. Puede padecer calumnias y murmuraciones así como rumores falsos.
Desacreditar la capacidad profesional y laboral
Para desacreditar a la víctima, se critica su trabajo además de ocultar sus habilidades y competencias. Puede que se le asignen tareas muy por encima o muy por debajo de su capacidad o no se le permite hacer nada. También se puede tratar de tareas absurdas, humillantes o trabajos nocivos. Se minimizan los esfuerzos y logros mientras se critican los más mínimos errores, exagerando los fallos. Es posible que corten las iniciativas que pueda tener y se cuestionen decisiones que toma. También puede que se oculte información necesaria para el trabajo o directamente le informan mal.
En este apartado además podemos incluir que el afectado sufra de un estricto control de horario o se le pongan pegas a permisos que solicita.
Comprometer su salud
El sometimiento a un acoso psicológico sistemático tiene efectos negativos, psicológicos y psicosomáticos en la víctima. Además de verse afectada su capacidad de rendimiento laboral, la víctima puede experimentar problemas de salud mental y en sus relaciones interpersonales.
Fases del acoso laboral y sus síntomas en el afectado
Aunque existan casos de acoso intenso desde el primer momento, lo habitual es un desarrollo lento y progresivo. Con ello, los síntomas también se agravarán según el acoso pase por las diferentes fases.
Fase 1: Conflicto y autoafirmación
El acoso surge generalmente a partir de un conflicto o incidente que inicialmente parece una nimiedad. Pero la situación se complica cuando el acosador o los acosadores buscan distorsionar y exagerar el incidente en vez de resolverlo. Lo habitual es que el acosado se sorprenda por los acontecimientos y se indigne. Buscará autoafirmarse, demostrar su valía y competencia además de intentar aclarar lo que le parece un malentendido.
Sin embargo, lo difícil de esta situación es que esta respuesta natural del acosado complicará las cosas por confirmar al acosador que ha encontrado una víctima propicia. Si el acoso no estuviera del todo decidido de antemano, la víctima aún podría parar el desarrollo si interrumpiese sus esfuerzos por justificarse. Hacerse el simpático, desentenderse del conflicto inicial y buscar aliados serían las estrategias apropiadas.
En esta primera fase los síntomas pueden ser inquietud, ansiedad, ligera agresividad y leves alteraciones del sueño.
Fase 2: Estigmatización y desconcierto
La segunda fase se caracteriza por estrategias más visibles de desatención, rechazo y desprecio. La reacción de la víctima suele ser de desconcierto e incomprensión de lo que está ocurriendo. Por ello, empezará a dudar de su interpretación y percepción del conflicto.
Los síntomas en esta fase pasan por cambios de humor, timidez, inseguridad, abatimiento, agitación y agresividad. La víctima puede experimentar cierta desconfianza o paranoia a los rumores que creerá que están circulando sobre ella. Además dependerá de la persona si tiende más hacia síntomas ansioso-depresivos o hostil-paranoides.
Fase 3: Estigmatización y depresión
Según el acoso continúa, la víctima perderá la confianza en sí misma y en su capacidad laboral. También menguarán su motivación y las ganas de luchar. La erosión del autoestima y la falta de apoyo social la conducirán hacia la depresión. Con ello, se verá afectada negativamente la capacidad de relacionarse con otras personas incluso con familiares y amigos.
Los síntomas mencionados en la primera fase como trastornos en la conciliación del sueño, sensación de inquietud, tensión y ansiedad se habrán agravado. El afectado puede además sufrir taquicardias, ahogos, molestias digestivas, articulares, musculares y otros síntomas psicosomáticas. Seguramente le costará levantarse por la mañana y enfrentarse a un nuevo día en el trabajo.
Esta fase puede ser muy larga y estabilizarse en depresión o evolucionar hacia el cuarto estadio.
Fase 4: Trauma y estabilización crónica
Si la víctima entra en el cuarto estadio manifestará además de los síntomas anteriormente mencionados los propios del estrés traumático. Este tipo de estrés se observa generalmente en víctimas de accidentes graves, catástrofes, guerras o atentados.
En principio cada incidente de acoso puede no considerarse lo bastante grave como para causar estrés traumático. Sin embargo es la acumulación de los episodios de acoso sistemático, o micro-traumas, durante un largo período de tiempo que pueden desencadenar los síntomas característicos de este tipo de estrés.
Por consiguiente la víctima que se encuentra en esta fase puede estar como ausente ya que sufrirá dificultades de concentración, atención y memoria. Rememorará de forma obsesiva los incidentes y sufrirá pesadillas recurrentes. Además tendrá dificultades para levantarse por las mañanas y temor al entorno laboral. Por ello, aumentarán las bajas del trabajo.
Cómo prevenir el acoso laboral
Dadas las graves consecuencias del mobbing de las que podríamos ser víctimas cualquiera, es importante prevenir al máximo.
Cuida tu autoestima
Cuanto mejor nuestra autoestima más protegidos estaremos a convertirnos en potenciales víctimas de acoso. Será más difícil que nos hagan dudar de nuestra valía y de nuestras capacidades profesionales e interpersonales.
Ten confianza en tu valía y competencia
Las víctimas de acoso suelen ser buenos trabajadores. Si se convierten en víctimas de mobbing puede ser porque el acosador tenga envidia o porque la potencial víctima esté poniendo en evidencia formas de trabajar cuanto menos mejorables.
Por ello, es importante estar convencido de tu valía y habilidades. Para ello, será necesario que continúes formándote y desarrollándote. El mundo evoluciona y quien se queda parado, se quedará atrás.
Desarrolla tu inteligencia emocional
La inteligencia emocional se compone de competencias personales y sociales que podemos desarrollar.
En el lado de las competencias personales o habilidades intrapersonales se encuentran la autoconciencia, autorregulación y la motivación. Se trata de aprender a reconocer las propias emociones y cómo nos afectan y usarlos como guías de conducta.
Por otro lado tenemos las competencias sociales o interpersonales. Se trata de la capacidad de comprender a los demás y relacionarse adecuadamente con ellos. Aquí encontramos por un lado la empatía. Significa comprender los sentimientos, motivaciones y necesidades de los demás. Asimismo, estas competencias incluyen habilidades de comunicación y liderazgo, asertividad, resolución de conflictos y trabajo en equipo por ejemplo.
Como puedes ver el desarrollo de la inteligencia emocional es necesario para relacionarnos adecuadamente con nosotros mismos y los demás. Nos proporciona herramientas útiles tanto para controlar nuestras propias reacciones en situaciones conflictivas como saber enfrentarnos a posibles ataques.
Toma consciencia
Desarrollar tu inteligencia emocional también te ayudará a diferenciar entre una simple falta de apoyo o reconocimiento a tu trabajo y posibles intentos de mobbing. Mientras la falta de reconocimiento puede tener diferentes causas, no suele ser malintencionado como el acoso laboral. Por tanto, será importante reconocer en cuál de las situaciones nos encontramos ya que la estrategia en un caso u otro será diferente.
Qué hacer en caso de sufrir acoso laboral
No entres al trapo
Aunque pueda ser complicado y, como hemos visto, es natural intentar justificarse y autoafirmarse, en el caso del mobbing agravará la situación. Por ello, es mejor intentar ignorar los ataques y hacerse el simpático.
No te aisles
Por un lado, es importante que busques aliados en el trabajo para no verte aislado. Como hemos visto una de las estrategias de acoso es la de limitar el contacto social de la víctima. Por otro lado, no tengas vergüenza o miedo a compartir tus problemas y preocupaciones con familiares y buenos amigos para que te puedan apoyar.
Comunicación formal
En caso de sufrir acoso, es importante dejar constancia. Por tanto, comunica la situación a tu superior, si no es el acosador, y al departamento de Personal o de Recursos Humanos. Hay cada vez más empresas con protocolos de actuación establecidos para estos casos. Pero aunque en tu empresa no existiera una directriz, los departamentos de personal deben velar por el bienestar de los trabajadores y mediar en caso de conflictos.
Pide ayuda profesional
Si has pasado de la fase inicial del acoso y estás sufriendo el estrés y síntomas como ansiedad, sofocos, alteraciones de sueño u otros síntomas psicosomáticos, que no te dé vergüenza ni miedo acudir a un psicólogo. Cuanto antes recibes ayuda profesional, antes podrás frenar los avances de los efectos nocivos causado por el acoso laboral.
Cómo explico en el post sobre qué es el estrés, el estrés negativo se origina de nuestra sensación de no saber enfrentarnos a las demandas del entorno. Pues un psicólogo te podrá dotar de herramientas para lidiar con el estrés, la ansiedad y por supuesto la depresión, si este fuera tu caso.
Cambia de trabajo
Si no recibes ayuda de tu superior o del departamento de recursos humanos para resolver el conflicto y la situación de acoso, también te recomiendo que te plantees seriamente dejar el trabajo. Por un lado no dice mucho de lo que se valora a las personas en esa empresa. Por otro lado, el trauma ocasionado por el mobbing nos puede no sólo causar temor al trabajo actual. Incluso puede incapacitarnos para cualquier trabajo. Puede dar vértigo y miedo dejar un sueldo estable. Pero la preocupación por el perjuicio para tu salud mental y a perder tu capacidad profesional debería ser mayor.
Puede ser recomendable consultar con un abogado laboralista para preparar tu salida de la mejor forma.
Conclusión
El tema del acoso laboral o mobbing es muy delicado y no es fácil lidiar con él. Espero que los consejos te ayuden a prevenirlo y reconocerlo a tiempo. En caso de estar sufriendo mobbing te recomiendo encarecidamente que busques ayuda profesional y lo denuncies en tu empresa.
¿Alguna vez has sufrido acoso o has visto casos de compañeros que lo hayan sufrido? ¿Se resolvió la situación y cómo?
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14 respuestas
Nunca he sufrido de esto, pues al tener mi negocio propio soy mi propia jefe, debe ser horrible estar en esta situación de acoso laboral, y lo mas difícil es cambiar de empleo con lo complicado que esta hoy en día para la gente conseguir algo.
Espero que tus conejos le sirvan a las personas que estén pasando por esta situación y que la puedan resolver lo mejor posible.
Gracias por tu comentario, Amparo. Sí, es muy triste que ocurran estas cosas. Si encima tienes dificultades para cambiar de trabajo, más vulnerable eres.
Has tocado un tema del que la mayoria de gente no quiere hablar, lo encontraran dificil o escabroso o vete a saber, pero me parece muy interesate que hayas escrito sobre ello y que lo compartas, además de las fases, como descubrir un poco si estas sufriendolo o lo sufre alguien, los consejos para evitarlo o que hacer si lo sufres… todo muy bien explicado e interesante!
Gracias por tu comentario, Resi. Precisamente no compartirlo y aislarse en su problema le da más poder al acosador. No se debe sentir vergüenza de admitirlo si se quiere salir del círculo vicioso.
Muy buen artículo como siempre. Yo no he sufrido acoso laboral pero sí he estado en entornos hostiles, donde he visto lo que podría entenderse como acoso hacia otro compañero. Cómo se criticaba sin parar a una persona, como cuando entraba en la sala se callaban de golpe y un sin fin de conversaciones a sus espaldas. ¿Cómo en un entorno supuestamete adulto se pueden tolerar estas cosas? Por eso creo y trabajo para hacer una sociedad más fuerte, más segura de sí misma, con más autoestima y equilibrio emocional, para prevenir todo este tipo de cosas.
Muchas gracias por tu comentario, Aida. Es muy triste que ocurran situaciones de este tipo. Lo curioso es que no sólo las víctimas sino también los acosadores necesitarían tus servicios para trabajar su autoestima y la gestión de sus emociones.
Este post me ha parecido muy interesante y de gran ayuda para las personas que están sufriendo acoso laboral o mobbing.
Yo no tengo experiencia en este tema por suerte, ni conozco a nadie que haya tenido la desgracia de sufrirlo, pero me parece muy acertado todo lo que comentas en este post y los trucos que das para enfrentarte a una situación tan traumática como esta. Creo que la base está en tener una sana autoestima, en confiar en tu propia valía y tus capacidades laborales, y eso se puede trabajar y mejorarlo en caso que sea necesario. Saber gestionar las emociones y pedir ayuda a un profesional o a amigos también puede ayudar mucho, tal como tu comentas.
Gracias por tu comentario, Odina. Me alegra que nunca hayas sufrido mobbing. Tristemente he visto casos de compañeros y he sufrido un intento de mobbing del que me salvaron el autoestima y el apoyo.
Guapa qué fuerte experiencia, la verdad no mola nada de nada esto. Hace muchos años que no sufro de acoso laboral, pero en mi primer trabajo serio sí que lo padecí y fue terrible, nada peor que una jefa con ganas de ti, que te haga la vida imposible, que te acose por cualquier cosa y que te haga sentir mal, definitivamente una experiencia horrible que personalmente no quiero vivir y me parece genial que tengas un post que hable de este tema y que ayudes a muchas personas, porque en los momentos en que uno está en medio de un acoso laboral no sabe qué hacer y cómo salir de ello lo mejor posible, pero sobre todo sano emocionalmente 🙂
Gracias por tu comentario, Diana. Siento que tuvieras que pasar por esa experiencia. Espero de corazón que el post llegue a personas que sufran de acoso y les ayude.
Vaya Dorit que situación tan difícil es la del acoso laboral, lamentablemente tanto el que acosa y el acosado son dos caras de una misma moneda que se llama baja autoestima, muchas veces la persona que acosa no sabe distinguir entre la vida personal y laboral, mezcla ambas y cree que el territorio laboral es un espacio que debe proteger a toda costa así eso signifique disminuir a los demás, es por ello que digo que el acosador tiene también una terrible concepción de sí mismo y necesita apagar la luz de los demás para poder encender la suya. Los consejos que aquí compartes son estupendos, sobre todo el de cambiar de trabajo, y recalco este porque muchas personas dejan la vida en un trabajo y no se dan la oportunidad de descubrir nuevos espacios, se dejan humillar creyendo que ese trabajo es lo único que existe y que no serán aceptados en ningún otro lugar. Lamentablemente en todo momento está implicada la baja autoestima, el poco o nulo o autoconocimiento y la capacidad que se tiene para crecer en otros espacios y salir de aquellos lugares que nos hacen daño.
Un post muy completo y una lectura necesaria.
Muchas gracias por tu comentario, Eliana. Totalmente de acuerdo contigo en que no sólo la víctima de acoso sino también el acosador tienen falta de autoestima. Lo triste es que el acosador la intente suplir haciendo daño a otra persona. Y en cuanto al cambio de trabajo lo menciono porque me he encontrado con casos de personas que por miedo al cambio o a lo desconocido prefieren seguir sufriendo su situación actual sin pararse a pensar que se merecen vivir de otra forma.
Lamentablemente lo he sufrido ya 3 veces. La primera pedí traslado y trabajé muy bien 7 años. La segunda concursé, y tuve que cambiarme para agarrar el grado y no perderlo, y tuve mobbing descendente y ascendente de personas que no habían superado ningún concurso. Pedí ayuda en la sociedad médica,, tuve licencia y cambie de trabajo. Ahora estoy enfrentando un acoso laboral similar al de la primera vez, pero a pesar que me afecta, estoy dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias, no me debo dar el lujo de dejar las cosas sigan así, por los que vendrán, si alguién hubiese actuado antes, yo no estaría sufriendo ésto. Por eso no estoy de acuerdo en cambiar de trabajo, lo que quiero es hacer notorio el acoso, denunciarlo y hacer pagar en lo laboral a quién lo practica y a quién es copartícipe del hecho. No quiero màs èsto para nadie, tengo 27 años de trabajo, estoy con buena formación al respecto de mi labor, me gusta mi trabajo y mis compañeros son buenas personas, el acoso es descendente. No sé cómo terminará todo ésto pero a mi edad 61 años, no voy a permitir más se me degrade, vitupere o utilice para quién no es moralmente ética y responsable logre disminuir mi accionar o ponerlo en tela de discusión. Ya no tengo mucho para perder, lo máximo sería jubilarme. Pero de ser posible justicia busco para mi, los anteriores y los que vendrán, no nos podemos callar más.
Hola, Luz: Muchas gracias por compartir tu experiencia. Siento que hayas sufrido acoso laboral 3 veces. Es muy triste que siga ocurriendo y que haya empresas que no tomen medidas contundentes al respecto. Estoy de acuerdo que la víctima de acoso no debería tener que cambiar de trabajo. Pero hay veces, cuando todas las demás opciones de solucionar la situación fallan, que es la alternativa que queda para preservar la salud mental. Te deseo mucho ánimo y sigamos visibilizando el mobbing como algo inadmisible.