El aprendizaje no se acaba cuando terminamos el colegio. Si nos queremos seguir desarrollando a nivel personal y profesional, continuaremos aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Hay infinitas temáticas sobre las que aprender de forma reglada y no reglada. Pero ¿cuántos de nosotros aprendimos en el colegio a aprender? ¿A cuántos nos enseñaron métodos efectivos de aprendizaje?
El beneficio de aprender mejor
Tal vez pienses, bueno he conseguido aprobar todos los exámenes a los que me he enfrentado. He conseguido terminar los cursos que he hecho. Pero ¿cuánto recuerdas de lo que estudiaste?
Tristemente parece que nos enseñan a estudiar para aprobar exámenes y conseguir títulos; no para recordar lo aprendido. Pero retener la información es lo que la hace útil para nuestra vida, sea a nivel personal o profesional. Nos permite aprovecharla para resolver problemas. Nos ayuda a encontrar soluciones.
Poder poner lo aprendido en práctica debería ser el último fin ¿verdad? Por eso veamos cómo puedes aprender mejor para que lo estudiado te resulte realmente útil.
Malas prácticas de aprendizaje
Aunque puedan parecer obvios quiero empezar con algunos hábitos que perjudican tu aprendizaje.
No dormir bien
Para rendir bien, un sueño de calidad es básico. Eso lo podemos aplicar al trabajo, al estudio y a la preparación para exámenes. Con la fatiga se acumulan toxinas en nuestro cerebro que alteran las conexiones neuronales que nos permiten pensar bien y rápido.
Dormir bien permite a nuestro cuerpo a recuperarse de los esfuerzos del día. También le permite a nuestro cerebro a asimilar los acontecimientos y aprendizajes. Un sueño de calidad es clave para nuestro bienestar y nuestra salud.
Ante un acontecimiento importante como puede ser un examen cobra aún más importancia. Si no has dormido lo suficiente, echarás a perder todo el esfuerzo previo de aprendizaje.
Dejarte distraer
Las distracciones son el mayor enemigo de la concentración. Sea tu móvil, la televisión, las interrupciones por otras personas… cada vez que te descentras tardas unos minutos en recuperar la concentración.
A la hora estudiar en grupo, esas distracciones pueden ser charlas superfluas no relacionadas con la materia de estudio.
Tal vez te preguntes si estudiar con música se considera una distracción porque te gusta hacerlo. Pues depende. Si eliges canciones que acabas tarareando habrán sido una mala elección. Si te gusta estudiar con música de fondo, sugiero que optes por música instrumental sin letra. En internet puedes encontrar música para concentrarte, estudiar y trabajar que suele ser música clásica o jazz por ejemplo.
Resumiendo, cada vez que te dejas distraer pierdes un tiempo valioso. Así que procura limitar las distracciones al mínimo.
Procrastinar hasta el último minuto
Parece que trabajamos mejor bajo presión. Cuando se nos echa el tiempo encima, de repente una tarea que nos parecía llevar mucho tiempo la realizamos más rápido. Pero en caso del aprendizaje no es la mejor manera. No le damos tiempo a nuestro cerebro a interiorizar bien la materia de estudio. No le permitimos crear las conexiones neuronales que fijan bien el recuerdo y la comprensión.
Tal vez dirás, pero conseguí aprobar ese examen para el que estudié en el último minuto. Puede. ¿Pero cuánto recuerdas de la materia después? La cuestión es si estudias solo para aprobar o realmente quieres asimilar la materia.
Si lo último es el caso será mejor que no dejes el estudio para el último minuto. ¿A que tampoco te prepararías para una carrera entrenando solo el día anterior? El cerebro funciona como tus músculos. Los músculos solo pueden asimilar una cantidad limitada de ejercicio. Después necesitan recuperarse antes de que los sigas entrenando.
De la misma forma tu cerebro solo puede asimilar una cantidad limitada de información cada vez. Necesita tiempo para transferir lo aprendido de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
Los métodos de aprendizaje que no son tan efectivos como crees
Hay métodos que muchos utilizamos. Pero en realidad no son tan efectivos para el aprendizaje como pensamos. Veamos tres ejemplos de hábitos de estudio típicos pero poco efectivos.
Leer pasivamente el contenido
Leer varias veces la materia de estudio ayuda al aprendizaje. Pero solo si comprobamos lo que recordamos de lo leído. Si leemos repetidamente simplemente de forma pasiva, el aprendizaje es poco efectivo.
Resaltar texto
Resaltar o subrayar palabras o frases clave es una técnica muy común. Pero ¿te ha pasado alguna vez que acabas con casi todo el texto marcado? Esta técnica de aprendizaje puede ser útil. Pero solo si realmente te limitas a resaltar conceptos clave y te cercioras de recordarlos.
Memorizar la solución a un problema
Leer la solución a un problema y memorizarla no es suficiente para el aprendizaje. Si queremos interiorizar la solución a un problema debemos comprender el camino hacia ella.
Cómo aprender mejor: 10 métodos efectivos
Veamos pues lo que te ayudará a aprender mejor y retener la información. Al fin y al cabo se supone que estudiamos no solo para aprobar algún examen sino para retener y comprender la materia. De este modo podremos hacer uso de ella cuando nos haga falta.
1. Gana una visión general
Antes de entrar en la materia, procúrate una visión general de lo que vas a estudiar. Para ello, revisa el índice del curso o libro de texto. Te dará una idea de las diferentes temáticas que te esperan.
Luego, antes de leer cada capítulo que vayas a estudiar en detalle, revísalo por encima. Te dará una idea general de lo que compone la materia del capítulo.
2. Intenta recordar
Después de leer un capítulo o una sección intenta recordar el contenido. ¿Qué es lo que has conseguido retener? Esto es mucho más efectivo para el aprendizaje que simplemente leer el contenido y tomar notas.
Una vez has comprobado lo que consigues recordar, lee de nuevo la sección. Después repite el intento de recordar.
3. Pruébate
Además de intentar recordar lo estudiado, probarte con tests es uno de los métodos más efectivos para comprobar tu nivel de aprendizaje. Según lo que estés estudiando tendrás tests a tu disposición. Si no fuera así, piensa en la manera de probar tu conocimiento.
Puede ser cuestión de inventarte preguntas y elaborar las respuestas. Tal vez puedas explicarle a alguien la materia. Es una manera muy buena de comprobar si realmente la has comprendido. Ya lo dijo Albert Einstein: “Si no lo puedes explicar de forma sencilla, es que no lo has entendido bien.”
4. Comprende el camino hacia la solución
Mantener la mente inquisitiva es clave para el aprendizaje. Para retener lo estudiado y realmente comprenderlo no es suficiente con memorizar el problema y su solución. Es necesario que comprendas cómo se llega a la solución. ¿Por qué la solución es esa y no otra? Cuestiónate lo que estás estudiando. ¿Por qué es así? ¿Por qué tiene sentido?
Pide explicación al profesor o tutor si no comprendes algo. Que te lo aclare de nuevo o te lo explique de otra forma.
5. Espacia las repeticiones
Al principio te comenté que apurar hasta el último minuto para estudiar no es el mejor método. Repetir varias veces lo estudiado nos ayuda a retenerlo mejor. Estudiar cada día un poco es más efectivo que darnos un atracón de varias horas un día a la semana.
Una vez vayas asimilando la materia es útil dejar pasar más tiempo entre las repeticiones de un tema en concreto. Así lo estudiado se irá anclando en tu memoria a largo plazo. Por ejemplo puedes empezar por repetir dos temáticas diferentes en días alternos. Luego alternar entre tres temáticas de modo que repitas cada una cada tres días. Y así sucesivamente.
6. Tómate descansos
Nuestro cerebro solo puede concentrarse durante un tiempo limitado. Para anclar lo aprendido en la memoria necesita descansar. Cuando no estamos estudiando de forma concentrada, es decir en modo enfocado, nuestro subconsciente sigue trabajando.
¿Alguna vez te ha pasado que intentas recordar algo y no lo consigues? ¿O estás intentando resolver un problema y no logras dar con la solución? Luego dejas de pensar en ello y te dedicas a otra cosa. Y de repente se te viene a la mente lo que no recordabas o la solución al problema. Pues eso es el subconsciente trabajando en modo difuso.
A lo largo de la historia tenemos varios ejemplos de momentos “eureka” que ocurrieron en modo difuso. A Arquímedes, tomándose un baño, se le ocurrió cómo calcular el volumen y la densidad. La manzana que cayó de un árbol, bajo el que estaba sentado, le dio a Newton la idea para las leyes de la gravedad.
Por tanto tomarte descansos es necesario para aprender mejor y fijar recuerdos. Además ayuda a tu creatividad y capacidad de resolución de problemas.
7. Separa el recuerdo del lugar
Además de ir espaciando las repeticiones, ir estudiando y recordando en diferentes lugares también te ayuda a aprender mejor. Solemos estudiar en un mismo sitio. Entonces nuestro cerebro suele asociar lo aprendido con ese lugar. Por eso, cuando nos quedamos en blanco en un examen debido a los nervios nos solemos imaginar en el lugar en el que estudiamos para recordar la materia.
Pero podemos reducir las posibilidades de un bloqueo mental bajo presión. Si desvinculamos el aprendizaje de un lugar en concreto seremos más capaces de recordar lo aprendido en cualquier lugar. Así que estudia una materia en concreto, intenta recordarla y pruébate sobre ella en diferentes sitios.
8. Empieza por lo difícil
Como mencionaba antes nuestro cerebro tiene una capacidad de concentración limitada. Por eso es recomendable empezar a estudiar lo más difícil primero. Cuando te pongas a aprender elige primero la materia que más complicado te resulta.
9. Crea buenos hábitos de estudio
Convertir el aprendizaje en un hábito es el mejor truco para evitar la procrastinación. Pero crear nuevos hábitos nos puede resultar difícil. Por eso recuerda que un hábito se compone de estímulo, deseo, respuesta y recompensa. Busca la manera de crear estímulos para querer estudiar. Recompénsate después de una sesión de estudio.
10. Evita la procrastinación
Es muy fácil dejarnos distraer y dedicarnos a otra cosa que parece más divertida. Pero recuérdate que te sentirás satisfecho y agradecido cuando hayas dedicado un rato al estudio. Es gratificante saber que has sido productivo. Para luchar contra la procrastinación te puedes ayudar de varias maneras.
Por un lado fija una hora en concreto para el estudio. Luego crea una lista de tareas de lo que quieres estudiar. Tachar de la lista lo que hayas hecho es gratificante. También ayudará a tu subconsciente a ir asimilando lo que tienes pendiente de hacer.
Por otro lado concéntrate en el proceso del estudio en vez del resultado. Te quita la presión y el estrés de conseguir alcanzar cierta meta. Que tu objetivo sea simplemente el progreso. Estudiar con la técnica Pomodoro puede ayudarte a concentrarte sin distracciones durante un rato.
¿Te ayudarán estos consejos a aprender mejor?
¿Conocías los métodos buenos y no tan buenos para el estudio? ¿Qué otras técnicas utilizas a la hora de aprender?
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