Imagínate en un bosque o un parque. ¿Qué sensaciones asocias? Hay varias maneras de conectar con la naturaleza; y es algo que necesitamos. Sin embargo, puede que no seamos conscientes de ello. ¿Cada cuándo buscas la conexión con la naturaleza? Veamos los beneficios de conectar con la naturaleza y las maneras en las que puedas practicarla.
Ciencia y conexión con la naturaleza
El psicoanalista y filósofo alemán Erich Fromm definió la biofilia como la pasión por todo lo viviente. Luego el entomólogo y biólogo estadounidense Edward Osborne Wilson profundizó en este concepto en su libro titulado ‘Biofilia‘. Según él, tenemos una afinidad y empatía innata con la naturaleza. Conectar con la naturaleza es vital para nuestro desarrollo cognitivo, emocional, espiritual y estético. Cuando perdemos esa conexión sufrimos.
En los años 1980 el gobierno japonés llevó a cabo un estudio sobre los beneficios medicinales del baño de bosque, Shinrin-yoku. Desde entonces han abierto centros de terapia de bosque y se ha creado la especialidad de medicina del bosque en las universidades japonesas.
Según diversos estudios conectar con la naturaleza es un sentimiento innato al ser humano saludable. Nuestros antecesores se adaptaron a la naturaleza para convivir con y sobrevivir en ella. Los urbanitas estamos perdiendo esa conexión y ese conocimiento. Pero apreciar nuestro entorno, proteger y cuidar todo lo viviente, fauna y flora, es importante para nuestra supervivencia. No solo porque la Tierra es nuestro hogar sino también porque la desconexión de la naturaleza acarrea consecuencias negativas para nuestra salud y bienestar.
Los beneficios de conectar con la naturaleza
Conectar con la naturaleza tiene muchos beneficios para nuestra salud y nuestro bienestar físico, mental, emocional y espiritual. La naturaleza ofrece impresiones para todos nuestros sentidos con sus colores, texturas, sonidos y olores.
Beneficios físicos
Oxigenamos nuestro cuerpo y reducimos el cortisol, la llamada hormona del estrés. Con ello reforzamos nuestro sistema inmunitario y reducimos todas las afecciones relacionadas con el estrés.
Prevenimos enfermedades cardiovasculares al controlar la tensión arterial. Además mejoramos nuestro sistema endocrino. Es una red de comunicación celular que regula por ejemplo nuestro metabolismo y sistema digestivo. Reducimos dolores de cabeza y tensiones musculares. Incluso reducimos el riesgo de asma, artritis, diabetes, problemas cutáneos o sobrepeso por ejemplo.
Asimismo la exposición a la naturaleza y la luz natural nos ayuda a regular nuestros ciclos biológicos y mejorar la calidad de nuestro sueño. Con ello reducimos patologías relacionadas como cansancio crónico o hiperactividad.
Beneficios mentales
Conectar con la naturaleza y reducir el estrés también ayuda a aliviar la ansiedad, malestar, tristeza y depresión. Además, mejora nuestra memoria y nuestra amplitud de miras. ¿Sabías que el verde es el color del que más tonalidades distinguimos? A nuestros ancestros les hacía falta para sobrevivir y orientarse.
Sumergirnos en la naturaleza nos permite conservar esa habilidad. Además, nos permite mirar más allá del siguiente bloque de cemento. Mirar a lo lejos al horizonte o a lo largo de un camino entrena nuestra visión. Y eso también nos ayuda a mirar más allá en sentido figurado. Por eso conectar con la naturaleza además mejora nuestra creatividad y capacidad artística.
Beneficios emocionales
Disfrutar de la naturaleza mejora nuestro estado de ánimo. Nos produce una sensación de sosiego y calma. También nos da una sensación de libertad, fortaleza y salud que redunda positivamente en nuestra autoestima.
Beneficios espirituales
Al principio mencioné la biofilia como la afinidad con la naturaleza. Conectar con la naturaleza nos permite apreciar mejor nuestro entorno. Maravillarnos ante el cielo, el sol, las estrellas, las plantas y los animales nos nutre a nivel espiritual. Nos hace más agradecidos con nuestra madre Tierra.
Cómo conectar con la naturaleza
Ahora que hemos visto todos los beneficios, supongo que tendrás ganas de conectar más con la naturaleza. Pero no siempre tenemos la posibilidad de alejarnos de la ciudad durante horas o días. Sin embargo, hay muchas maneras de buscar la conexión con la naturaleza en nuestro día a día, aunque sea por unos pocos minutos. Veamos algunas propuestas para cuándo tienes menos o más tiempo.
Mira por la ventana
Te propongo que mires varias veces al día por la ventana. Observa el cielo, las nubes, el sol, los pájaros que pueda haber volando y las plantas que veas. Siente la temperatura, el aire, los rayos de sol en tu cara o las gotas de lluvia. Intenta escuchar los sonidos de la naturaleza entre los ruidos de la ciudad. Observa cómo se mecen la hierba o las hojas al viento. Contempla el vuelo de los pájaros o insectos.
Pasea por la naturaleza
Obviamente es el clásico. Darte un paseo por el campo, un bosque, la montaña, la playa o un parque te permite conectar con la naturaleza. Intenta aparcar tus pensamientos y prestar atención a tu entorno. Contempla las diferentes tonalidades de la tierra y de las plantas y árboles. Como en el punto anterior, observa toda la flora y fauna y abre tus sentidos a las sensaciones, olores y sonidos.
Si puedes, incluso camina un rato descalzo. Experimenta la temperatura, nivel de humedad y textura del suelo. No solo te permitirá conectar más con la naturaleza, sino también es bueno para tus pies que se pasan la vida enjaulados en zapatos.
Sumérgete en la naturaleza
Sea en un parque, un bosque, una montaña o una playa, detente un rato. Siéntate y sumérgete en lo que te rodea. Imprégnate de las sensaciones visuales, auditivas, olfativas y táctiles.
Inspira los olores característicos de la estación: el olor a tierra, a plantas y árboles, a arena y mar etc. Agudiza el oído para escuchar los animales que te rodean: pájaros, insectos, ardillas o lo que sea. Mira hacia todos los lados. Luego céntrate en algo en concreto y obsérvalo con mucha atención: la hierba, una planta, una flor o un árbol. Tómate tiempo para contemplar y apreciarlo. Incluso acércate a oler una flor, un árbol, una hoja.
Practica a estar presente en la naturaleza
En relación con el punto anterior, presta atención plena al momento presente. Disfruta de estar aquí y ahora, sin prisas y sin juicios. Practica la contemplación o la meditación beneficiándote del entorno natural. Incluso hay grupos de mindfulness o meditación a los que te puedes apuntar si prefieres practicar con un guía.
Practica deporte al aire libre
Practicar deporte fuera nos permite beneficiarnos del buffet para los sentidos que nos ofrece la naturaleza. Nos exponemos a la luz natural y a los aromas de la naturaleza. Con ello, oxigenamos mejor nuestro cuerpo y producimos más endorfinas.
Puedes salir a correr, montar en bicicleta o patinar. Pero también te puedes apuntar a grupos que practican crossfit, yoga, taichi etc. al aire libre. Además, puedes practicar senderismo, montañismo, natación, buceo o montar a caballo por ejemplo.
Saca tu lado creativa
¿Te gusta dibujar o pintar? Entonces sal al exterior y siéntate a plasmar tu entorno sobre papel. Si prefieres la fotografía, aprecia la naturaleza inmortalizando el paisaje con tu móvil o cámara. Otras ideas pueden ser recolectar hojas o castañas para hacer manualidades con tus hijos. O salir al bosque a buscar bayas o setas para después cocinar un sabroso plato o preparar un pastel delicioso.
¿Sueles conectar con la naturaleza?
¿Conocías todos los beneficios que tiene la conexión con la naturaleza? ¿Te sueles tomar tiempo para ello? Si es así ¿cuáles son tus actividades preferidas en el exterior?
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