¿Tienes la sensación de que los días pasan volando? ¿De que el día no tiene horas suficientes para todo lo que tienes que hacer? Sabes que deberías hacer ciertas cosas pero pasan los días sin que encuentres el momento. O avanzas, pero no lo suficiente. Así que se te van acumulando los quehaceres.
Veamos primero posibles razones de por qué no te cunde el día. Luego veremos cómo mejorar la gestión de tu energía y conseguir ser más productivo.
Razones por las que no te cunde el día
Si realmente quieres aprovechar mejor tu tiempo, primero tendrás que prestar más atención a cómo lo empleas. Hay una serie de ladrones del tiempo por los que no nos cunde el día como nos gustaría. Aquí te dejo unos ejemplos:
- Solo reaccionas a lo que va surgiendo.
- No usas lista de tareas.
- No planificas las tareas a realizar y en qué horarios llevarlas a cabo.
- Te dejas distraer y ‘pierdes el tiempo’.
- Sufres muchas interrupciones.
- No tienes rutinas.
- Te propones más de lo que puedes abarcar.
Cómo conseguir que te cunda el día
Tener la sensación de que se suceden los días y que no avanzas puede ser frustrante. Parece que se van acumulando más quehaceres que tareas consigues realizar.
Una vez vistas las posibles razones por las que no te cunde el día, repasemos cada punto y cómo puedes mejorar en cada aspecto.
1. Reaccionas a lo que va surgiendo
Los días se suceden y te ves asaltado por imprevistos y urgencias. Las horas pasan volando y al final del día no tienes la sensación de haber conseguido gran cosa.
Si pasas los días de forma reactiva haciendo lo que surja no conseguirás ser muy productivo. Además, serán otros los que decidan por ti qué es importante y qué debes hacer.
La única forma de salir de este bucle, es empezar a ser más proactivo. Es decir, decidir qué es importante para ti a nivel profesional y personal. ¿Qué tareas y actividades aportan a tus prioridades? Esto nos lleva a los siguientes dos puntos: usar lista de tareas y planificar.
2. No usas lista de tareas
Bien directamente no usas una lista de tareas o bien la usas solo de vez en cuando. En este caso dependerás de lo que vayas recordando. El problema es que nuestra mente no tiene el don de la oportunidad. Aunque podamos tener buena memoria, se nos ocurren las cosas sin ton ni son, aunque en este momento no podamos tomar acción al respecto.
¿Has estado en una reunión y de repente te has acordado de que tienes que comprar el pan? Mal momento ¿verdad?
Llevar una lista de tareas tiene varias ventajas:
- Descargar tu mente de los quehaceres, con lo que reduces los niveles de estrés.
- Tener una visión de las cosas por hacer.
- Con ello, poder decidir cuál es la tarea más importante a realizar en cada momento.
- Pensar proactivamente qué quieres hacer. Qué tareas son más productivas y te acercarán a tus objetivos.
Además, usar una lista de tareas te crea satisfacción cuando puedes ir tachando lo que has ido realizando.
3. No planificas
Si no te tomas tiempo para pensar qué hacer al día siguiente, la semana siguiente o el mes siguiente, el tiempo pasa sin que parezca que avances en cosas importantes.
Yo, por ejemplo, me anoto al final del día las tareas importantes para el día siguiente. De este modo a la mañana siguiente, de un vistazo, sé con lo que ponerme primero. Si algún día no lo hago, noto como baja mi productividad.
A veces creemos que no tenemos tiempo para pararnos a pensar y planificar con todo lo que tenemos que hacer. Pero es una trampa mental. Cuando te tomas tiempo para planificar consigues prever tiempo para las cosas importantes, incluido el descanso y el cuidado de tu bienestar. Es cuestión de decidir si solo quieres estar ocupado o si prefieres ser más productivo y dedicar tu tiempo a lo que te importa.
4. Te dejas distraer
Las aplicaciones de tu móvil y el correo electrónico son grandes distractores y ladrones del tiempo. ¿Cuánto tiempo dedicas al correo electrónico? ¿Cuánto tiempo pasas con las redes sociales?
Esas notificaciones, que se supone que están pensadas para ayudarnos a que no nos perdamos nada, solo apelan a nuestra curiosidad y sentido de urgencia. Nos crean nomofobia.
Por eso te sugiero que desactives todas las notificaciones prescindibles o incluso todas. Así, en vez de que la notificación de una aplicación atraiga tu atención, decides tú cuándo es el momento de usarla y ponerte al día.
También sugiero que prestes atención a cuando te sueles distraer. ¿Cómo te sientes en ese momento? ¿Aburrido, estresado, cansado, te cuesta tomar una decisión, etc.? ¿Qué actividad más saludable o productiva podrías hacer? en vez de ceder a la tentación de navegar por internet, redes sociales o hacer un maratón de series.
5. Te interrumpen bastante
Tal vez tengas la sensación de que no te cunde el día porque parece que no paran de interrumpirte. Alguien viene a hablar contigo, te llama por teléfono, o te suena el timbre de casa, por ejemplo.
Tanto si trabajas en una oficina como si trabajas en casa, conviene informar a las personas que te rodean cuando necesitas tiempo para concentrarte. Es decir, o bien fijar horas a las que no deben molestarte o establecer horas a las que sà pueden consultarte cosas. Dependerá del tipo de tu trabajo y el sistema que te pueda funcionar mejor.
En cuanto a las interrupciones telefónicas, plantéate si debes estar disponible a todas horas. ¿Puedes poner el móvil en silencio o en modo avión de vez en cuando? Si usas aplicaciones de telefonía o mensajería ¿puedes configurar tu estado como ‘ocupado’?
6. No tienes rutinas
Un día te acuestas pronto con lo que te despiertas pronto al día siguiente. Otro día trasnochas y te cuesta levantarte a la mañana siguiente. Un día desayunas y otro no. Un día comes temprano, otro tarde, otro casi no comes porque crees que no tienes tiempo.
Esos son solo unos ejemplos. Pero la cuestión es que a nuestro cuerpo y mente le encantan las rutinas. Porque eso les permite ahorrar energía. Para poder rendir bien nos hace falta suficiente descanso y alimentarnos bien. La actividad física regular también nos mantiene en forma y ayuda a aliviar el estrés.
Todas los hábitos saludables que consigas incorporar en tu vida, te ayudarán a tener más energía, mayor capacidad de concentración y sentirte mejor. Entonces los días se te harán menos cuesta arriba y no sentirás tan fácilmente que todo es demasiado.
7. Te propones más de lo que puedes abarcar
Por último pero no menos importante. Pregúntate si tal vez estás demasiado ocupado y siendo demasiado ambicioso. Tal vez sí te cunde el día. Sin embargo, como te propones hacer más cosas de las que puedes abarcar, al final tienes la sensación de no haber conseguido lo suficiente.
Propongo que revises cuántas tareas y recados te propones al día. ¿Tienes en cuenta la duración de las tareas? ¿Consideras tus niveles de energía? No somos igual de productivos durante todo el día. Todos tenemos horas valle en las que nos cuesta más concentrarnos. Por eso, conviene tener en cuenta tus horas productivas a la hora de planificar cuándo realizar las tareas más importantes.
Procura ser realista con el tiempo disponible, tu energía así como el número y duración de las tareas y responsabilidades que te propones.
¿Sientes que no te cunde el día?
¿Tienes la sensación de que el día no tiene horas suficientes para todo lo que debes hacer? ¿Cuál es la razón en tu caso? ¿Cómo puedes mejorar la gestión de tu tiempo y energía?
Si quieres que lo revisemos juntos, no dudes en contactarme.
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