¿No paras? ¿Siempre estás haciendo algo? ¿Tu lista de cosas que hacer es interminable? Además ¿te sientes estresado o agotado? Repasemos las señales de que estás demasiado ocupado. Asimismo, veamos qué puedes hacer al respecto.
Por qué estás demasiado ocupada
Te invito a reflexionar sobre por qué estás tan ocupada. ¿Tienes muchas obligaciones? ¿Asumes demasiadas responsabilidades o proyectos? ¿Te pones demasiados objetivos?
¿Aceptas todas las invitaciones y te apuntas a todos los eventos que te llaman la atención? ¿Tal vez te mantienes ocupado porque no sabrías qué hacer si estuvieras a solas sin un plan? ¿Es posible que definas tu valía a través de lo mucho que haces?
Cuando estamos tan ocupados, e incluso agobiados por el trabajo, tendemos a caer en ciertos errores.
Las señales de estar demasiado ocupado
Como ya mencioné en otro post, estar ocupado no equivale a ser productivo. Si quieres estar más a gusto con tu vida y dedicar tu tiempo a lo que te importa, conviene aprender a hacer las cosas mejor, no hacer más. Así que repasemos las señales de que estás demasiado ocupado.
1. Falta de concentración
Sabes que deberías hacer algo, pero te cuesta concentrarte en ello. Eso es porque tu cabeza da vueltas a las otras mil cosas que quieres hacer o crees que deberías hacer.
Qué hacer:
Anota todo lo que te ronda por la cabeza. Luego decide qué es importante y qué quieres hacer. Entonces prioriza y planifica tus siguientes pasos.
2. Te distraes fácilmente
Sea por tus propios pensamientos o por otros distractores a tu alrededor, te cuesta concentrarte. Por eso saltas de una actividad o tarea a otra.
Qué hacer:
Además de planificar a qué dedicar tu tiempo, revisa las distracciones a tu alrededor para reducirlas.
3. Desorden
Tal vez tu casa o tu espacio de trabajo están desordenados y llenos de cosas. Se amontonan los papeles, cuadernos y otros trastos en tu escritorio. En otras habitaciones tienes rincones ‘desastre’ esperando a que encuentres tiempo y motivación para ordenarlos. La cuestión es que el desorden nos distrae. Contribuye a tener la cabeza ocupada.
Qué hacer:
Poner orden ayuda a despejar la cabeza. Por eso sugiero que te reserves tiempo para ordenar, clasificar o tirar lo que haga falta. Luego sugiero que incluyas en tu rutina, al final de la jornada laboral, recoger tu escritorio. Creando este hábito no se te volverá acumular una montaña de papeles y trastos.
4. Falta de creatividad
Te cuesta tener nuevas ideas. Tal vez intentes sentarte a pensar pero tu cabeza está llena de preocupaciones y tareas pendientes. Tu mente salta de un pensamiento a otro y no consigues centrarte y profundizar en uno.
Qué hacer:
De nuevo el primer paso es anotar tus pensamientos, preocupaciones, tareas pendientes e ideas. Luego te sugiero un cambio de aires. Sal a pasear, a hacer deporte o a tomar un café por ejemplo. Haz algo que te saque de tu rutina. Pero llévate un bloc de notas por si de repente te llega la inspiración.
También propongo que te reserves habitualmente unos minutos para pensar. A menudo nos liamos tanto con todo lo que tenemos que hacer que no reservamos tiempo para pensar.
5. Olvidas las cosas
Tu cabeza está tan llena de tus quehaceres que no recuerdas lo que hiciste hace cinco minutos. Vale, tal vez exagere un poco. Pero ¿recuerdas qué comiste ayer? ¿Te cuesta recordar los nombres de las personas que conoces? ¿No recuerdas qué tenías que comprar en el supermercado? ¿O a qué hora tienes la cita con el médico o la reunión esta tarde?
Como estás demasiado ocupado, te cuesta recordar las mil cosas que haces y pasan en tu vida.
Qué hacer:
Procura anotar todas tus citas en el calendario. Además, anota todas las tareas y recados en una lista de tareas. Luego decide cuáles son las importantes del día.
6. Te cuesta tomar decisiones
A lo largo del día tomamos muchas decisiones; algunas pequeñas y otras importantes. Por eso, según avanza el día podemos sufrir de fatiga de decisión. Por otro lado, la falta de autoconfianza o el miedo nos pueden retener a la hora de tomar decisiones. Pero también puede ser el hecho de estar demasiado ocupado. Como tu cabeza está tan llena de diversos asuntos, te cuesta sopesar los pros y contras de decisiones importantes.
Qué hacer:
Resérvate un hueco en la agenda para esa decisión que llevas posponiendo tiempo. Cuando más pronto en el día mejor, por lo que te comentaba sobre la fatiga de decisión. Luego anota todos los pros y contras que se te ocurren. Si con eso todavía no tienes clara la decisión, deja que tu subconsciente acoja lo que has apuntado. Al día siguiente revisa la lista, anota más puntos a favor y en contra que se te hayan ocurrido. Si es preciso, ponte un plazo para terminar de tomar la decisión y pasar a la acción.
7. Estás más ocupado que productivo
Tienes tantas cosas que hacer que no paras en todo el día. Sin embargo, al final del día no tienes la sensación de haber conseguido gran cosa. Tu lista de quehaceres sigue siendo interminable.
Qué hacer:
Prioriza, prioriza y prioriza. Resérvate tiempo para aclarar tus prioridades. ¿Qué es realmente lo más importante para ti? ¿Qué actividades y tareas contribuyen a ello? Decide cuáles son las tareas más importantes. Además, piensa cómo puedes realizar las tareas más importantes y otras necesarias e ineludibles de forma más productiva.
8. No tienes tiempo para descansos
Estás tan ocupado que crees que no tienes tiempo para tomarte descansos. Ni para pausas durante el trabajo y menos para tomarte días libres. Te crees imprescindible y que todo se podría desmoronar si no estás.
Qué hacer:
Tomarnos descansos activos nos hace más productivos. De este modo despejamos nuestra mente. Así somos más creativos y productivos después. En el trabajo tómate de vez en cuando unos minutos para levantarte a estirar las piernas, hacer estiramientos o unos ejercicios de respiración. Además, planifica días libres y vacaciones. Cuando llegue el momento, deja organizado y delegado tu trabajo para que puedas desconectar.
9. Te cuesta desconectar del trabajo
Cuando terminas de trabajar sigues dando vueltas a asuntos laborales. Tal vez aproveches para contestar correos electrónicos fuera de tu jornada laboral. O vuelves a encender el ordenador después de cenar.
Qué hacer:
Un buen equilibrio entre vida personal y profesional es importante para tu bienestar. Además, nuestra mente necesita desconectar para recuperarse. Decide un horario de trabajo. Fuera del mismo dedica tiempo a tus seres queridos, al ocio y a cuidarte.
Al terminar la jornada laboral revisa por última vez tus correos electrónicos. Contesta lo que sea rápido de responder. Anota en tu lista de tareas las que requieran de preparación para su respuesta. Luego revisa tu lista de tareas. Tacha lo realizado y decide qué es lo más importante a acometer al día siguiente. Después despéjate dando un paseo, haciendo deporte o quedando con amigos. Cualquier cosa que te distraiga del trabajo.
10. Te cuesta dormir bien
Como decía, cuando estás demasiado ocupado, tu cabeza está sobrecargada de pensamientos, preocupaciones y cosas que hacer. Todos los asuntos pendientes o las ideas que te eludían durante el día, te asaltan por la noche.
Apenas te tumbas y cierras los ojos, tu mente se pone a funcionar a toda marcha. Problemas sin resolver, cosas que no te ha dado tiempo hacer, cosas que se te habían olvidado, esas ideas que no te venían cuando las necesitabas… De este modo te cuesta mucho dormirte.
También es posible que consigas dormirte sin problemas. Pero de repente te despiertas en mitad de la noche porque has recordado algo. O porque tu mente ha convertido esos miles de asuntos pendientes en un sueño inquieto que te hace dar vueltas en la cama hasta despertarte.
Qué hacer:
Dormir bien es esencial para recuperar nuestra energía. Sugiero que crees una rutina nocturna relajante. Procura no mirar ninguna pantalla (ni ordenador, ni tele, ni móvil) durante un rato antes de acostarte. Apunta todo lo que te ronda por la cabeza en tu lista de tareas o un diario. Luego dedica un rato a leer un libro, a hacer estiramientos o a meditar.
11. No mantienes tus relaciones
Estás tan ocupado que apenas pasas tiempo con tu familia. Y ya de amistades mejor no hablamos. Hace tiempo que no ves o llamas a tus amigos porque no encuentras tiempo.
Qué hacer:
Somos animales sociales y necesitamos relacionarnos. Si te cuesta encontrar tiempo para pasar con tus seres queridos, agenda tiempo con ellos como harías con una reunión. Haz planes divertidos, o si estás demasiado ocupado, pídeles que propongan y organicen algo. Deja tu trabajo organizado para dedicarles el 100% de tu atención y disfruta el momento.
12. Tienes abandonados tus intereses
¿Recuerdas cuáles son tus intereses? ¿Cuáles son los pasatiempos que disfrutabas? Quizás los tengas totalmente abandonados porque siempre parece haber otra cosa que hacer.
Qué hacer:
Los pasatiempos nos sacan de la rutina. Nos ayudan a despejar la mente y relajarnos. Así que piensa qué hobby te gustaría retomar. De nuevo, si te cuesta encontrar tiempo, resérvate un hueco en la agenda como si fuera una reunión contigo.
Otros consejos de qué hacer cuando estás demasiado ocupado
Hay más señales de que estás demasiado ocupado. Pero creo que he reunido los más importantes.
Lo primordial para salir de esta espiral es que reflexiones sobre lo que realmente es importante para ti. De todo lo que haces ¿qué cosas tienen que ver con y contribuyen a tus prioridades?
Siempre hay más cosas que hacer que tiempo disponible. Por eso es imprescindible priorizar. Dedica tu tiempo y energía a lo que realmente te aporta. E intenta eliminar, reducir y racionalizar las cosas que no te aportan mucho.
Cuando piensas sobre tus prioridades no te olvides de la importancia de cuidarte. Solo tienes una vida y un cuerpo. Cuidar tu bienestar y salud es clave para tener energía para lo que quieres hacer. Hace falta tomarnos tiempo para nosotros aunque parezca que no lo tenemos.
Por último, disfruta del viaje de la vida. A veces estamos tan concentrados en alcanzar objetivos que olvidamos prestar atención y disfrutar de cada paso. Pero la vida en realidad es eso: el camino, no el objetivo final. Así que no te pierdas entre tantos quehaceres y actividades. De este modo evitarás llegar al punto de sentir que todo es demasiado o sufrir de burnout.
¿Estás demasiado ocupado?
¿En cuáles de las señales de estar demasiado ocupado te has reconocido? ¿Quieres salir de esta espiral? Si es así ¿qué pasos vas a tomar?
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