Creo que todos tenemos miedo a algo, lo queramos admitir o no. Cuando se trata de miedos a situaciones que raras veces se producen en nuestra vida, no nos limitan.
Pero hay tipos de miedos que nos impiden hacer cosas que deberíamos o que nos gustaría. Hay tipos de miedos limitantes para nuestro potencial, nuestro desarrollo personal o profesional. Repasemos algunos típicos miedos limitantes y cómo superarlos.
Qué es el miedo
Para enfrentarte a tus miedos, conviene recordar que el miedo es un mecanismo de supervivencia. Nuestro cerebro quiere salvaguardarnos ante posibles peligros y amenazas para nuestra vida.
Sin embargo, podemos desarrollar miedos a cosas que no suponen peligro para nuestra vida. Son tipos de miedos fruto de inseguridades. Básicamente son miedos a qué pensarán de nosotros o a la incertidumbre de lo que pueda pasar.
La buena noticia es que podemos superar nuestros miedos limitantes, o al menos aprender a actuar a pesar de ellos.
Tipos de miedos limitantes
Repasemos los miedos más habituales que limitan tu potencial de desarrollo y algunas ideas para superarlos.
1. Miedo a cometer errores
¿Tienes miedo de cometer algún error? ¿Intentas que todo lo que hagas sea perfecto? Ten en cuenta que todos cometemos errores. Además, casi siempre se pueden corregir. Asimismo, el perfeccionismo no es productivo. En alemán hay un dicho: «Quien no trabaja, no puede cometer errores». Viene a significar que la única manera de no cometer errores es no trabajar.
Por tanto, es mejor tomarte los errores como una gran oportunidad de aprendizaje. Si nunca te equivocaras, te estancarías probablemente en tu zona de confort y en un nivel de conocimientos. Mientras no vayas por la vida como un elefante en una cacharrería, asume que errar es humano e inténtalo con el lema ‘mejor hecho que perfecto’.
2. Miedo al fracaso
Este miedo limitante está relacionado con el anterior. Fracasar es equivocarse y cometer errores de modo que no alcancemos lo que pretendemos. Pero, de nuevo, aquí tenemos una gran oportunidad de aprendizaje. ¿Has fracasado? Pues ya conoces un camino que no te lleva a tu objetivo. Por otro lado, ¿qué te parece llamarlo revés en vez de fracaso? Suena menos drástico y desalentador.
Luego reflexiona qué es lo que ha salido mal exactamente. ¿Tu objetivo era demasiado ambicioso? ¿No estabas preparado? ¿Los pasos que tomaste no eran suficientes? Considera qué otras maneras puedes probar para alcanzar lo que deseas.
3. Miedo al éxito
Aunque pueda sonar paradójico, podemos temer el éxito. Quiere decir que consciente o subconscientemente le pones trabas a lo quieres alcanzar. La causa puede ser la definición que tienes de la palabra éxito. Tal vez, cuando piensas en el éxito, visualizas a personas que no te gustan. Por tanto, tienes miedo a convertirte en una persona así si triunfas.
Para librarte de este miedo conviene reflexionar sobre el concepto del éxito. Olvídate de lo que la sociedad y tu entorno definen como tal. Reflexiona qué significa realmente para ti, de modo que tú te sientas a gusto. Luego ve a triunfar sin miedo.
4. Miedo a la incertidumbre
El temor a la incertidumbre es otro tipo de miedo limitante bastante habitual. Sentir que no sabemos lo que nos depara el futuro o alguna situación, es incómodo. Nos apegamos a lo conocido y a lo que parecemos poder controlar.
La manera de enfrentarse a este miedo es practicar la aceptación. Conviene recordar que no podemos prever ni controlar todo. Partiendo de la aceptación de este hecho, podemos concentrarnos en lo que sí podemos controlar: nuestra actitud, la gestión de nuestras emociones y nuestros conocimientos. Podemos prepararnos y aprender para disponer de más recursos para enfrentarnos a retos y adversidades.
5. Miedo a los cambios
Este miedo limitante está relacionado con el anterior. Enfrentarse a cambios significa tener que salir de tu zona de confort. Pero tener miedo a los cambios es como temer que una planta crezca. Los cambios son inevitables ya que todo evoluciona.
Naciste, fuiste niño y ahora eres adulto. A lo largo de tu vida has experimentado muchos cambios, has evolucionado y aprendido mucho. Por tanto, tal vez no temas los cambios en general sino cambios específicos. Sugiero que consideres qué tipo de cambios te dan miedo y por qué. Luego podría ser buena idea hacer una lista de pros y contras de ese cambio.
Además, considera si te faltan ciertos conocimientos y habilidades para sentirte más preparado y seguro para ese cambio. ¿Qué puedes aprender? ¿A quién puedes pedir consejo?
6. Miedo a la novedad
Este miedo limitante también está relacionado con los dos anteriores. ¿Te da miedo probar cosas nuevas? La novedad puede parecer incierta. Y significa tener que salir de nuestra zona de confort. Pero ahí precisamente está la oportunidad de crecimiento. Si te impides probar cosas nuevas, te estás negando la oportunidad de descubrir cosas fascinantes que quizá te encantan.
La mayoría de las veces luego nos damos cuenta de que nuestro miedo era mucho peor que la situación que temíamos. Probar cosas nuevas te permite abrir tus miras. Enfrentarte a la novedad te dará más confianza en tus capacidades y en seguir probando otras cosas nuevas. Todo ello beneficia tu desarrollo personal y profesional.
7. Miedo a no ser suficiente
Otro miedo limitante bastante típico es sentir que no eres suficiente. Tal vez te digas frases como ‘yo no puedo’, ‘no se me da bien’, ‘no valgo para eso’ o ‘quién me va a querer’.
Creer que no eres suficiente puede llevarte a una insatisfacción constante y el intento continuo de mejorar para cambiar. O por el contrario, puede que te escondas en tu cascarrón y evites cualquier cosa que requiera salir de tu zona de confort.
Lo más probable es que estás basando tu autoconfianza en tus capacidades. Es lo que aprendemos la mayoría. Las filosofías budistas y la atención plena te enseñan a aceptarte a ti mismo y aceptar las situaciones sin juzgar. Te enseñan que como ser vivo que respira ya eres suficiente.
Puede que eso te resulte difícil de aceptar. Pero prueba a basar tu autoconfianza en dar lo mejor de ti. Te sentirás más seguro al relacionarte con otras personas y al enfrentarte a retos.
8. Miedo a la pérdida de poder
Este miedo limitante surge cuando no tratamos a los demás como iguales sino que nos hemos instalado en una posición de superioridad. Sin embargo, en el fondo no tenemos tanta autoconfianza como queremos aparentar. Por eso intentamos dominar a otros para intentar ganarnos su respeto. Intentamos mimar nuestro ego a la vez que protegernos de que alguien pueda descubrir nuestras inseguridades.
Si este miedo limitante se da en personas que ostentan puestos de liderazgo u otro tipo de poder, los problemas están asegurados. En el mejor de los casos son controladores, no escuchan las opiniones de los demás, creen que siempre llevan la razón y que las cosas se deben hacer como ellos dicen. En el peor de los casos son despóticos, hacen mobbing a sus subordinados o compañeros y les menosprecian abiertamente.
Este miedo no solo es dañino para las personas del entorno sino también para la propia persona. Intentar conservar su status quo es estresante si se basa en mantener el poder sobre otros. La manera de librarse de este miedo es primero admitir tus inseguridades. Luego sugiero trabajar en tu autoconfianza e inteligencia emocional. Cuando aprendas a aceptarte a ti mismo con tus fortalezas y flaquezas, también te resultará más fácil hacerlo con los demás. Aprenderás a relacionarte de forma más saludable con otras personas.
9. Miedo a brillar
Este último miedo limitante tiene cierta relación con el miedo al éxito. Se trata del miedo a enseñarse como uno es de verdad, porque puede significar llamar la atención. Detrás de este miedo se suelen esconder unas creencias limitantes adquiridas en la niñez. Tal vez te decían: ‘mejor no llames la atención’, ‘intenta encajar’, ‘una señorita no hace eso’, ‘destacar es pretencioso’, etc.
Has aprendido a encajar en el montón y no destacar porque se supone que es de mala educación. Sin embargo, de este modo no te enseñas de forma auténtica y como realmente eres. No se trata de dar el cante de forma negativa solo por llamar la atención. Se trata de atreverte a mostrar tus cualidades, fortalezas y personalidad. También es cuestión de atreverte a expresar tus opiniones así como compartir tus conocimientos y experiencias.
Todos tenemos nuestro particular bagaje de experiencias. El miedo a brillar puede impedirte compartir ese regalo con el mundo, ayudar a otros y poner tu granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor.
Por eso, revisa posibles creencias limitantes que hayas adquirido. ¿Cuáles ya no te sirven? ¿Con qué creencias más positivas las puedes reemplazar?
¿Cuáles son tus miedos limitantes?
¿Te has reconocido en alguno de los tipos de miedos limitantes? ¿Cómo afecta a tu vida personal y profesional? ¿Qué te impide este miedo? ¿Qué harás para superarlo?
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