¿Te gustaría tomarte más tiempo para ti mismo pero no lo consigues? ¿Quieres cuidarte más pero no sabes cómo? Veamos unas claves para tomarte tiempo para ti aun cuando parece que no lo tienes.
1. ¿Qué necesitas?
En primer lugar piensa en qué necesitas. ¿Qué necesidades no estás satisfaciendo actualmente, o al menos no lo suficiente? El autocuidado es más que mimarte. Significa cuidar tu salud y bienestar físico, mental, emocional y espiritual.
Así que reflexiona en cuál de las patas tienes carencias. ¿Necesitas tranquilidad? ¿Necesitas relajarte? ¿Es posible que necesites cuidar más tu alimentación o moverte más? Tal vez necesites sentir más conexión con otras personas. O puede que te falte nutrir tu mente o desarrollarte a nivel personal o profesional.
Además, atrévete a compartir lo que necesitas con tu familia y/o amigos. Sea que necesites de vez en cuando tiempo a solas; o sea que te gustaría hacer más actividades de algún tipo con ellos. No cuentes con que tengan una bola de cristal para adivinar lo que quieres.
2. Lidia con sentimientos de culpa
¿Te cuesta cuidarte y tomarte tiempo para ti porque te hace sentir culpable? Entonces pregúntate por qué es así. ¿Qué causa ese sentimiento de culpa? ¿Crees que no te lo mereces? ¿Tal vez creas que primero debes cuidar de otros?
Luego cuestiona esos sentimientos de culpabilidad. ¿Realmente son ciertos? ¿O puede que sean creencias limitantes que adquiriste en algún momento y te impones? Puede que te ayude anotar lo que sientes y lo que se te ocurre sobre las posibles razones.
Ten en cuenta que si tú estás bien, se beneficiarán las personas a tu alrededor. ¿Realmente no te puedes tomar unos pocos minutos al día para ti; ya no solo para lo quieres sino para lo que necesitas?
Además puede que tengas ciertas necesidades que puedas satisfacer en compañía, con tu pareja, hijos o amigos. Pongamos que deberías hacer más deporte. ¿Te apetece hacerlo solo o es algo que podrías hacer con tu pareja o amigos? O tal vez te guste visitar museos o exposiciones pero hace siglos que no vas. ¿Es algo que quieras disfrutar a solas o en compañía?
3. Prioriza
Otra limitación que nos solemos poner es pensar que no tenemos tiempo. Aquí la primera clave es convertirte a ti mismo y tu bienestar en una prioridad. Cuando algo es prioritario para nosotros, somos capaces de sacar tiempo hasta debajo de las piedras.
Así que propongo que revises tus prioridades. Pregúntate si están alineadas con lo que realmente necesitas. Las prioridades confundidas nos hacen daño. Por eso es importante decidir cuáles son realmente tus prioridades, qué te importa y qué necesitas realmente tú.
Eso incluye revisar las actividades en las que te entretienes a lo largo del día. ¿Cuáles te aportan algo bueno? ¿Cuáles solamente te distraen? De estos últimos, ¿qué necesidad estás intentando cubrir? ¿Cómo puedes cubrirla de forma más saludable?
4. Busca la manera
A veces nos complicamos las cosas porque creemos que solo hay una manera de hacer las cosas. Pero a la hora de tomarte tiempo para ti y para tus necesidades y deseos, intenta pensar en todas las opciones posibles.
Por un lado piensa en todas las alternativas posibles de satisfacer las necesidades que detectaste en el punto 1. Por ejemplo, hay muchas maneras de relajarse. También hay muchas opciones diferentes para hacer deporte. Si pensamos en pasatiempos y actividades de tiempo libre, ni te cuento la infinidad de opciones que hay. ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué has querido probar alguna vez?
Pero tal vez no te puedas tomar una hora para ti al día. Entonces ¿qué tal con unos minutos? O ¿te gustaría hacer algo pero no quieres descuidar a tu familia? Piensa cuáles son las cosas que podéis disfrutar juntos. ¿Tal vez tienes que esperar un rato en la consulta del médico? En vez de navegar por redes sociales ¿qué tal leer un buen libro?
En resumen, intenta ser creativo y pensar ‘fuera de la caja’ para buscar la manera de tomarte tiempo para cuidarte.
5. Resérvate tiempo para ti
Tal vez, aun después de priorizar el hecho de tomarte tiempo para ti, te cuesta encontrarlo. Entonces puede ser buena idea, reservarte huecos en la agenda. Pensando por ejemplo en la actividad física, igual te resulta más fácil tomarte tiempo para ti si te apuntas a actividades con horarios fijos. Yo, por ejemplo, voy a pilates los lunes y los jueves. Esas horas son sagradas para mí. Si realmente surge algo, no lo cancelo sin más, sino que lo cambio a otro día. De este modo ya me garantizo dos horas de actividad física a la semana.
Ese tiempo que te reservas tampoco tienen que ser horas. Tal vez no encuentres más de diez minutos allí y allá. No importa. Resérvatelas para dedicarlas a ti mismo. En esos diez minutos puedes simplemente cerrar los ojos y prestar atención a tu respiración. O puedes hacerte la manicura o pedicura. También te da tiempo para unos ejercicios o estiramientos. Haz lo que necesites y te apetezca.
Además, según te vayas acostumbrando a tomarte tiempo para ti y lo priorices, es probable que te entren más ganas y encuentres más tiempo.
6. Haz un poco a menudo
Como decía antes, tal vez no encuentres varias horas al día. Sin embargo, hacer poco a menudo es más efectivo que tomarte varias horas una vez al mes por ejemplo. Sea meditar, hacer ejercicio, o aprender algo, si te tomas unos pocos minutos cada día para cualquiera de ellos, ya has ganado mucho.
Vale, es verdad que sería mejor hacer las tres cada día. Deberíamos hacer ejercicio cada día. Nos vendría muy bien aprender algo nuevo cada día. Y crear el hábito de meditar es más fácil si lo haces cada día.
Pero, si ninguna de las cosas que te gustaría incluir en tu rutina de autocuidado, es actualmente un hábito no seas demasiado ambicioso. Porque entonces solo aumentas las probabilidades de abandonar rápidamente por la dichosa falta de tiempo (o ganas). Así que elige una actividad que te relaje y te guste, y empieza a convertirla en un hábito. Luego añade otra, después otra y así sucesivamente.
7. Crea tus rituales
Asimismo ayuda el hecho de crearte ciertas rutinas. Es más fácil establecer un hábito si lo conectas con otro que ya tienes. Es decir, si haces la actividad justo antes o después de otro hábito bien establecido.
Por ejemplo, establece una rutina matutina que te ayude a empezar el día de forma relajada y con energía. O créate una rutina para después de trabajar o para antes de acostarte. Mi rutina por la mañana, por ejemplo, consiste en levantarme, ducharme y vestirme. Después hago unos ejercicios para activar el cuerpo y estirarlo. A continuación medito durante quince a veinte minutos. Después desayuno de forma equilibrada y saludable. Finalmente me lavo los dientes y ya estoy lista para empezar el día con energía y ganas.
8. Ponte objetivos
Otra idea, si te cuesta tomarte tiempo para ti, es ponerte pequeños objetivos. ¿Qué buen hábito quieres adquirir? ¿Cómo a menudo y durante cuánto tiempo lo quieres practicar? Una vez hayas alcanzado esa meta, ponte la siguiente aumentando la duración o la frecuencia de esa actividad. Y tal vez añade un nuevo objetivo con otro nuevo hábito que quieres establecer.
9. Pon límites
Cuando priorizas a conciencia, darás importancia a unas cosas sobre otras. Las horas del día son limitadas. Por tanto, no tenemos tiempo para hacer todo. Por eso, por un lado toma consciencia de que habrá cosas a las que tendrás que decir que no. Habrá compromisos que no podrás aceptar. Porque no puedes estar en todos los sitios a la vez. Por otro lado, aprende a no sentirte culpable por ello.
Tomarte tiempo para ti mismo requiere asertividad por tu parte. Tal vez te resulte difícil decir ‘no’ a algo. No quieres herir los sentimientos de otras personas. Por eso te cuesta anteponer tus preferencias y deseos a los de otros.
Pero quizás te ayude recordar que el mundo seguirá allí después de que te hayas tomado un rato para ti. También te sentirás mejor y más preparado para lidiar con los desafíos de tu entorno.
Por último, cuidarte a ti mismo no es egoísta ni un lujo. Es necesario para tu salud física, mental y emocional. Y si tú estás bien, se beneficiarán las personas con las que te relacionas.
10. Pide ayuda
Para tomarte tiempo para ti mismo, es posible que tengas que admitir que no puedes hacer todo solo. Para poder liberar tiempo para ti, tal vez debas pedir ayuda. ¿Haces a menudo horas extra en el trabajo? Además de priorizar tus tareas ¿podrías hablar con tu jefe para descargarte de alguna tarea que aporte poco valor? ¿Te puede ayudar algún compañero con algún proyecto? Si trabajas por tu cuenta ¿hay cosas que puedes delegar?
Si pensamos en las tareas domésticas ¿están repartidas en tu familia o gran parte recae en ti? ¿De qué se podrían encargar tu pareja e hijos? Si tu economía familiar lo permite ¿podrías contratar una asistenta o, de vez en cuando, una niñera?
Tomarte tiempo para ti mismo cuando no lo tienes, en resumen
Sugiero que te recuerdes a menudo que te mereces tomarte tiempo para ti. No es egoísta querer sentirte bien así que no te sientas culpable. Se trata de cubrir tus necesidades.
Por otro lado, solo considerándote a ti mismo y tu bienestar una prioridad, realmente lo conseguirás. De esto modo te resultará más fácil reservarte tiempo, delegar algunas tareas o decir que ‘no’ a compromisos.
Además, intenta ponértelo lo más fácil posible. No compliques tus rutinas. Y aprovecha otros hábitos existentes para añadir uno nuevo. Elige actividades que te gusten y que encajen en tu estilo de vida. De otro, te resultará más difícil perseverar.
Por último, intenta encontrar un equilibrio entre los cuatro pilares básicos del bienestar: físico, mental, emocional y espiritual. En mi caso, por ejemplo, no me cuesta nada cuidar mi bienestar mental. Me encanta aprender, leer, ir a exposiciones o al teatro. Pero debo admitir que me tengo que forzar para moverme lo suficiente.
Sin embargo, deberíamos movernos cada día un rato. El ejercicio físico nos ayuda a aliviar el estrés por liberar endorfinas. Además, hace que ganemos más energía para otras actividades.
¿Te cuesta tomarte tiempo para ti mismo?
¿Crees que te tomas suficiente tiempo para ti? ¿O te gustaría tomarte más? Si es así, ¿qué retiene? ¿Cuáles de los consejos crees que te ayudarán?
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